Filosofía Pirata: talleres de pensamiento con Amador Fdz. Savater
Vuelven en La Praga los talleres de pensamiento. Este curso 4 posibilidades en formato presencial y online.
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Sobre el amor y lo común
¿Sobre qué fundar una convivencia en igualdad, en libertad? Una respuesta posible es dejar que la Ley -ya sea política o económica, el Estado y el mercado- regule las interacciones sociales, relegando los afectos al ámbito privado, racionalizando y desapasionando los vínculos, con el fin de apaciguarlos. La buena convivencia es la convivencia dentro de las normas.
Pero, desde los impulsos democráticos y revolucionarios, se ha tratado siempre de pensar y poner en marcha otro tipo de relación: hacer del amor el tejido de la diferencia en la igualdad. Nacen así las reflexiones y experimentaciones sobre la philia y la amistad política, sobre el Eros y el amor al mundo, sobre la fraternidad como afecto revolucionario, hasta la sororidad actual.
¿Hay amores revolucionarios? ¿Se puede compartir el amor más allá de los vínculos privados y electivos? ¿Existe algo así como un amor al mundo? ¿O amor a la tierra, incluyendo las cosas y las formas de vida no humanas? ¿Pero no es el amor un afecto demasiado agitado y fugaz como para fundar una convivencia estable? ¿Puede el amor convertirse en Ley?
Sobre cuerpo y trabajo
Nuestra sociedad, seguramente como ninguna otra, ha puesto el trabajo en el centro de todo. Pensamos trabajar para vivir, pero en realidad vivimos para trabajar.
Pero, ¿cómo se ha hecho y se hace para convertir el cuerpo humano en un instrumento de trabajo? Gobernar los cuerpos, hacerlos productivos, atados a las máquinas, trabajando por su explotación como si fuera su libertad, ha requerido estrategias muy distintas.
Desde la violencia directa sobre el cuerpo hasta las minuciosas disciplinas que los vuelven dócil y obediente, desde las técnicas de control hasta las de auto-control, desde el miedo a la promesa, desde el hambre hasta los imaginarios de auto-realización.
El precio de esta productividad siempre aumentada se experimenta también en el cuerpo: heridas y mutilaciones, extrañamiento y alienaciones, cansancio y agotamiento, estrés y ansiedad.
Pero nunca ha ocurrido sin resistencias. Resistencias viscerales. Fiestas y aquelarres, perezas y abandonos, luchas e insurecciones colectivas, desconexiones y deserciones, grandes dimisiones.
Sobre deserción (con Hugo Savino) /ONLINE/
Se te agarra a las tripas y ya no te suelta. Una inquietud, un ruido de fondo, un malestar. La cosa, lejos de desaparecer, va creciendo. A pesar de distracciones, narcóticos, obstinaciones. Hasta que no se soporta más. Y nos rompe. Al rompernos, rompemos. Con un lugar, una posición, un espacio de reconocimiento. Huimos como de la peste de aquello que hasta hace muy poco quizá era lo que más deseábamos: el éxito, el trabajo o la literatura. Se volvió sofoco, prisión, ahogo. El cuerpo es quien decide: deserción. Desertar. Empecemos por lo que no es. Desertar no es sentarse cómodamente en las figuras al uso, gastadas por la retórica filosófica. Ya sabemos que el filósofo sobre todo ama los momentos tranquilos. El desertor se reapropia el lenguaje. Conquista su voz contra el pensamiento dominante.
La deserción hace preguntas a un mundo que siempre tiene ya todas las respuestas, los caminos posibles y los tranquilizantes. Interrumpe los automatismos que llamamos candorosamente “vida”. Quiebra los guiones dispuestos para nosotros por la sociedad del espectáculo.
Desertamos para poder pensar, pensamos para poder respirar. El desertor busca secuaces.
Sobre estética y política
Por estética vamos a entender aquí dos cosas: los fenómenos de sensibilidad y el dominio de lo artístico. ¿Qué relaciones mantienen ambos con la política, con la acción política revolucionaria, con la transformación social?
Lo vemos en el presente más inmediato: un cambio de percepción y de sensibilidad con respecto algo aparentemente nimio -por ejemplo, un beso– puede levantar un vendaval político. Es la percepción y en la sensibilidad, en lo que se ve y lo que se siente, hay una disputa social cotidiana. ¿Qué fuerzas intervienen?
El arte y la ficción son laboratorios donde se experimenta a diario con formas y sentidos, con colores y lenguajes, con nuestros mismos modos de recepción y atención. ¿Qué hace política a una imagen, a una historia? ¿Ese potencial político está ligado a la forma, al contenido? ¿Puede un color ser revolucionario? ¿Mover el deseo hacia otra cosa, un más allá de lo que hay?
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